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Merzouga, Erg Chebbi.

23 de diciembre de 2008.

No me ha tocado la lotería, cachisss¡¡ no os librareis de mi tan facilmente. En fin,volvalmos a lo que nos ocupa....
Saliendo de Todra, dirección Tinerhir para coger la N10, era consciente de que me dirigía a uno de los lugares con más encanto de todo Marruecos. Las dunas de Erg Chebbi.
las dunas son un punto minúsculo en el mapa, pero a los ojos del viajero, unas impactantes y espectaculares dunas de arena que cubren todo tu horizonte a medida que a ellas te vas acercando.


El camino de Tinerhir a Merzouga, es de lo más aburrido, con largas e interminables carreteras que no acaban nunca. Lo único, que tú estás deseando es llegar lo antes posible a tu destino. Pues el sol te abandona, y quieres disfrutar del atardecer rodeado de dunas. Pero las tres horas largas de coche de Todra a Merzouga, son inevitables, están ahí y se han de hacer. No hay más.


Durante el viaje el retrovisor, te mostrará lo que ya os he dicho, grandes llanuras deserticas con alguna cima montañosa de no mucha altura, al sur, al norte, al este y al oeste. La sucesión de pueblos aparece y desaparece ante tí a medida que vas deborando quilómetros.


Y sin darte cuenta, ya has llegado a Erfoud, y al poco ya estás en Merzouga, y más importante aún has cruzado la puerta del desierto. Eso te indica, que ya están muy cerca.


A diez quilómetros de distancia ya se empieza a divisar en el horizonte esa imponente masa arenisca, a la que te diriges. La mayoría de sitios que tienen un encanto especial, esconden tras de sí una leyenda. Este lugar, el que nos ocupa, lógicamente no iba a ser distinto.


Cuenta la leyenda, que Erg Chebbi se formó cuando Dios castigó a una rica familia del lugar enterrandolos para siempre por que ésta denegó cobijo y comida a una mujer y a su hijo.


Sus dunas más altas adquieren una altura de 160 metros que puede resultar ridículo, pero cuando estas abajo del todo y te dispones a subir arriba, por la cresta de la duna... no resulta tan fácil.


Al llegar allí, al inicio de las dunas de Erg Chebbi, la oferta de albergues, hoteles, y demás es apabullante. Pero en la época en la que yo he estado pasa de ser apabullante, a estar en un estado de calma que reconforta.
Así pues, de pasar de ver aquello en una época, verano, totalmente turística. Pasé a verlo, en una época en la que el extraño era yo, por visitarlo en el momento en el que lo hacía.


Me decidí, por este albergue, os pongo los datos...

Auberge - Restaurant la Source
Adresse: Village Hassi Labeid
Merzouga Errachidia - Maroc.

Email: auberge_lasource@yahoo.fr
Site web: http://www.auberge-lasource.com/

La atención muy correcta, en la jaima bereber... la comida muy buena, y a la vuelta el desayuno correcto y bueno. Amables, podría ser una opción. Quizás si busqueís encontreis algo mejor... pero a mi me fue muy bien.
Eso sí mucho frío en la Jaima. Eso... que quede claro.

Al llegar, la cosa va más o menos así. El Dromedario, llamese X, no lo vas a llevar tú, lógicamente. Por lo tanto, coges todo lo que te hace falta para pasar una noche en el desierto, se carga en el Dromedario, y te pones en marcha. El dueño del Dromedario, tira de él y poco a poco te vas adentrando en las dunas, eso sigue así, por un periodo aproximado de dos horas.


Caminando por el desierto, poco a poco, vas perdiendo de vista el pueblo del que partiste, y a tu alrededor, todo se cubre de un suave marrón. A lomos de tu transporte bereber, todo sucede muy lento, el Sol nos dice adiós, y la noche nos saluda cordialmente, al tiempo que una suave brisa, nos acompaña durante todo el trayecto.



Va oscureciendo, y he de decir, que el lugar y la travesía son uno de los momentos de más calidad de todo el viaje. Poder disfrutar en silencio, a lomos de un dromedario, de esa travesía... fue, no puedo negarlo, un momento mágico.


A medida que ibamos avanzando, mi fiel escudero y yo, se hacía cada vez más de noche, hasta tal punto que la tarde, se hizo noche, y como yo esperaba apareció ante mi, uno de los cielo más bonitos que he visto. De nuevo, disfrutón¡¡
Llegamos a la Jaima, y al meterme en ella me dí cuenta de que aquella noche iba a ser muy fría. Os puedo decir que yo me metí en el saco, vestido, con un cortavientos puesto, un gorro polar y una braga, y no me moví en toda la noche. Así que si vais en esta época, haceros a la idea, hará frío. Es necesario, si más no, recomendable... que lleveís vuestros enserés personales de higiene, el saco, la camará de fotos, y por supuesto agua, y... como no, la documentación. Esa, siempre siempre con vosotros. Por lo que, yo, me llevé bastante de lo que tenía. El resto, en el coche.


por la noche, una magnífica cena a base tajin y carne de cordero, unos buenos tés, y música bereber con darbukas. Me enseñaron a tocar un poco, hice que lo pude...



Al irme a dormir, el chico del Auberge, me dijo que el sol salía a las siete de la mañana. A mi pareció que aquel muchacho no quería madrugar, y que le importaba "tres cojones" que yo me perdiera el amanecer...


Muy cortesmente le expliqué, que no era necesario que se levantara. Que yo me levantaría, subiría a lo alto de una duna, y que allí haría mis fotos. Él contestó, que no había problema, que el también se levantaría.


Durante la fría y solitaria noche, en una única ocasión me levanté y salí de la tienda, para comprobar el silencio que reinaba en el lugar, y ver las estrellas. Fue, como os podeís imaginar, poco rato, pero muy bonito.


Por la mañana el muchacho en cuestión, se levantó, salió de su Jaima, fué a la mía y vió que no estaba. Volvió a salir al exterior, eran las siete menos diez... miró hacia un lado, miró hacia al otro, y allá a lo lejos me vió en lo alto de una duna. Le saludé, me saludó, volvió a su tienda, y siguió durmiendo.


Yo estaba en uno de los puntos más altos de las dunas de Erg Chebbi, expectante y (Gracias a dios, solo, y en silencio) pude disfrutar de uno de los amaneceres más bonitos que he visto en mi vida. A las 7´04 el sol apareció ante mí.


He de decir, que éste, era uno de los momentos que indudablemente yo no quería perderme. Por el lugar donde se iba a producir, por lo que significa, y por la forma de vivirlo, lo que es en sí, y a la hora del día en que se produce. Momentos cargados de energía.


Lo único que hice fue, permanecer en silencio, contemplando el horizonte esperando, y fijandome durante esos breves instantes, minutos, como todo el panorama iba cambiando, las sombras se iban largando, y aparecía la luz del sol que todo lo iluminaba. Los tonos oscuros, negros y grises, iban dando paso a los claras y marrones tonalidades del desierto.


Que momentazo¡¡ en fin, para mi, genial¡¡ Tras una breve pausa, bajé para abajo, ya estaban recogiendo, para irnos de nuevo hacia el Auberge, y mientras el muchacho del Auberge y sus acompañantes buscaban al dromedario..


Si, si, habeís escuchado bien. El Dromedario, realmente de nombre Bob Marley, así le llamaban... se había escapado por la noche. Así que este muchacho divisó a lo lejos, uno, por que por la zona había unos cuantos... Me dijo, voy a ir a por él. Creo que es aquel¡¡ yo le dije, cual es la duna más alta de todas??? Él, me señaló una¡¡ yo le dije: voy a subir. A lo que el me contestó... nos vamos ya amigo¡¡¡ veinte minutos, fue mi respuesta.


No me lo pensé dos veces, y en cinco minutos estaba a los pies de la base de la duna más alta, en diez más estaba arriba. Exausto¡¡ contemplé las vistas, y un precioso pueblo nómada por el que había pasado para subir a esta duna, las dunas desde arriba eran espectaculares. Bajé corriendo por la arista de la duna, y cinco minutos más tarde estaba en nuestro campamento... Algo más tarde, llegó el muchacho con mi dromedario y tranquilamente regresamos al Auberge, donde me esperaba un suculento desayuno al más típico estilo bereber, que me sentó de bien....


Y aquí concluye mi experiencia en las dunas de Erg Chebbi, personalmente creo que esta zona, al igual que cualquier otra en Marruecos, se puede hacer a tu aire. Con una sencilla tienda, unas provisiones, una brujula y un buen saco, te puedes adentrar sin ningún tipo de problemas en el desierto y disfrutar si dispones de tiempo de dos o tres días en este territorio lleno de esencia sahariana, la forma de como hacerlo es decisión vuestra.


Pero el desierto......, hay que verlo amigo.