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Cascades de Ouzoud, Bin el Ouidane, vuelta por la N8.

03 de enero de 2009.

Como buen aficionado al Barranquismo, antes de viajar a marruecos, al ver las Cascades d´Ouzoud por internet, decidí que sin duda, éste, sería uno de los sitios que no podría dejar de visitar.

Así que, el día que me dispuse a hacerlo, hice lo siguiente: Ya de vuelta en Marrakech, y tras regresar de mi periplo por el Atlas central, alquilé un coche. Para hacerlo, tienes que ir a una zona en concreto. Que es, donde se concentran todas las agencias de alquiler de vehículos.












La zona en cuestión es, en la Ave Mohammed V, pasada la Place du 16 Novembre. Allí es donde encontraremos la mayoría de Agencias de Rent a car, aunque como pude comprobar las que mejores precios ofrecen para un único día son las agencias locales.
Mi opción fue:
AILE D´ANGE CAR
Location de Voitures,
Transport Touristique & 4x4

Filali Abderrahim
061 10 61 16

Filali Youness
061 24 18 23
212, Résidencia Elite Nº 18, Av. Mohammed V
Guéliz
00212 (0) 24 43 04 10 - ailedangercar@hotmail.com
El coche, un Ford fiesta, en perfecto estado. El precio 40 euros. Caro, pero era un único día. Imaginaros lo que me pedían en las otras agencias. No quise negociar en muchas, por que el día se me acababa y quería ponerme en marcha. El funcionamiento es igual, una tarjeta visa, para posibles desperfectos, el papeleo y en marcha.














Las Cascades de Ouzoud són un lugar al que tenía necesidad de ir. Siempre me han atraido las cascadas de agua, por mi afición al barranquismo, y por la energía que en ellas confluye, por su belleza y por su esplendor.

Marrakech dista de Ouzoud, 167 kms. Que parecen ser algo más, pues el lugar está bastante lejos. Salir de Marrakech, con un vehículo a primera hora de la mañana, se convierte en toda una aventura. Coches por aqui, burros por alli, carros por allá, motos cruzando... toda una odisea. Pero es Marrakech, ya lo sabemos... no?












Después de preguntar a varios policias, varios transeúntes, y consultar mi mapa de carreteras en múltiples ocasiones me situé en la dirección correcta. La carretera N8, destino a Beni-Mellal. Para ir a mi destino, tenía dos opciones. Una, ir por esta carretera, la N8, hacia Beni-Mellal, y antes de llegar bajar por la R307, por ejemplo. O bien, a pocos quilómetros de Marrakech, coger el desvió de la R210 y adentrarme por los pueblos en dirección a Demnate y de ahí a Azilal, para antes de llegar desviarme hacia Ouzoud.















Así que como es lógico, huí de las carreteras principales, y tomé la segunda opción recorriendo pequeños pueblos y zonas alejadas, para ver la verdadera esencia del recorrido.









Una vez abandoné la N8, y me desvié por la R210, el primer pueblo que apareció ante mi fue, Sidi-Rahal.
Poco a poco, mientras vamos conduciendo, observo que esta zona es rica y abundante en prados verdes y campos llenos de olivos. Que contraste, con otros lugares del pais¡¡¡ esto es lo que me gusta de Marruecos.

Sin dejar de conducir, y observando las largas y solitarias crreteras que aparecen ante mí, sin darme cuenta llego al bullicioso pueblo de Demmnate. Bullicioso, por que el día en que lo crucé habia un enorme mercado, muy transitado.

En Demmnate, es dificil perderse, O sea que recomiendo que pregunteís para seguir la dirección correcta. Pues hay algún cruce, en que es probable tomar la dirección erronea. Cuidado.

Aproximadamente en este punto de mi viaje, empezó a llover, primero levemente, luego un poco más fuerte, y finalmente llovió a cantaros. Pensé que se me había fastidiado el día, pero por otro lado, también... Si voy a ver unas cascadas, contra más agua, mejor no???.

Llegar a Ouzoud, oúuuuu, parece que no llegues nunca. Y uno piensa,... que si que duran los 167 quilómetros?? pero al final todo llega, tras varios desvios, encontre uno que indicaba que a 16 quilómetros estaba Ouzoud. Seguia lloviendo, y más lluvia y más... Así que, no quedaba otra que abrigarse bien, ponerse el Goretex... y a explorar.
















A pesar de ser un día lluvioso, muy frio, y húmedo, me sorprendió ver que al llegar a mi destino en la calle principal del pueblo (Es decir donde empieza la ruta de descenso) se apilaban un montón de guías locales esperando a los turistas, que era claro que en un día como hoy, no aparecerían muchos.

Ver a un turista, con un coche de alquiler, el sólo, y en un día de lluvia, fue como.... os podeis imaginar. Nada más llegar, todos querían dirigirme el coche... aparca aquí, aparca aquí, amigo, amigo...aparca aquí....¡¡¡
Cuando aparqué el coche, me pasé a la parte de atrás del coche pues, me fui a equipar. Ponerme mi gorro, mi goretex, mis guantes, etc... por que hacía un día, como os he dicho, bastante feo. Cuando levante la vista, tenía como a diez personas, rodeando el coche, esperando a que saliese.

Al salir, lo primero fue decirme que por dejar el coche allí el guardían te cobraba evidentemente. 10 dirham. Lo segundo, fue explicarme que realizar esa ruta sin guía sería un gran error, pues me perdería los mejores sitios, los monos, etc... etc... etc¡¡ y que solo me cobrarían bla bla bla. Tras intentar dialogar con ellos una y otra vez, y otra, y otra... al final entendieron que era autosuficiente y que la ruta la haría yo solo.












Os explico que, una vez donde se deja el coche, si te diriges de frente a la zona de los restaurantes veras dos calles. Una que queda a tu derecha, que va a la cabecera de las cascadas, y otra que queda más a la izquierda que es la que nos lleva al descenso hasta el pie o base de las cascadas.
En el primer camino, el de la derecha, se ven unas magníficas vistas de la parte superior de la cascada merece la pena, pero luego habrás de volver a la calle principal para coger el de la izquierda, que es donde realmente empieza la ruta.
Durante toda la primera parte del trayecto, no dejarán de agobiarte. Contrata guia, contrata guía¡¡ No hagas mucho caso, tu a lo tuyo. Al bajar verás que el camino está adecentado, pues por allí pasan la mayoría de los turístas.
Al poco de bajar encontraras, un cartel que indica algo así como "vistas panorámicas". Son unas escaleras de obra que descienden, es por ahí... No sigas recto.
Puedes seguir recto, si quieres ir a un bonito mirador, que te ofrecerá unas geniales perspectivas de las cascadas. Es otra opción, pero no es por ahí por donde se baja, al pie de las cascadas.
Si volvemos a nuestro cartel y a nuestras escaleras de obra, iremos bajando hasta llegar a la primera recepción de las cascadas. Lo explico, las cascadas tienen 110 metros de caida de agua, repartidas en tres caidas escalonadas. Al bajar por las escaleras llegaremos al pie de la primera recepción, donde hay unas increibles y magnificas vistas, dignas de los lugares más bonitos que hayamos podido encontrar en nuestro viaje por Marruecos.

A partir de aquí, podemos llegar hasta abajo, y tirar fotos desde todos los ángulos y distancias. Merece la pena, pues las instantaneas que obtendremos no nos van a dejar indiferentes, ya que el lugar es precioso, de veras, realmente bonito.

Una vez abajo. Tenemos dos opciones: volver por donde hemos venido o cruzar el Oued Ouzoud (que significa Aceitunas en bereber) y subir con la intención de ver a los macacos que se aglutinan en la vertiente opuesta del camino que hemos seguido para bajar.

Ese día en concreto, con la lluvia... supongo que no tendrían muchas ganas de mostrarse, pues yo los ví, moverse entre los árboles pero en ningún momento me obsequiaron con su presencia. Lástima.

Los caminos, por los que caminaremos, son puro barro. Así que si el día está lluvioso, como fue el caso, mejor que os lleveís ropa de repuesto. Os hará falta.
Al llegar arriba, no cruceis el rio, seguid todo recto, como alejandoos de la cabecera, dejando a vuestra derecha campos de cultivo, llegareis a la carretera principal y por la misma de vuelta al pueblo. Una vez allí, id a comer, merece la pena, y saboread una buena tortilla bereber, un tajin, o unos buenos pinchos morunos... delicioso, precio por todo, 80 dirham, 8 euros. Buenísimo....¡¡¡

Con la barriga llena, uno se siente mejor, y antes de que se hiciera de noche, dirigí mis pasos hacia Azilal, y de ahí a Bin el Ouidane.

Bin el Ouidane, es territorio militar, y contiene uno de los lagos más grandes de Marruecos. En este lugar lo primero que nos encontramos es la prohibición de hacer fotos, así que, bajo el presentimiento de que quizás hubiera podido tener problemas. No hice muchas.

Tras cruzar este lugar, en el que poco pude ver, pues la niebla lo cubría practicamente todo, atravesé el bonito puerto de montaña en dirección a Afourer, y de ahí por la carretera principal la N8, de noche, esquivando mulas carros y viandantes, me dirigí de nuevo a la ciudad Roja, Marrakech.

Una excursión de un día, bastante completa, y muy recomendable. No dejeís de hacerla, vale la pena.